| |||||
Un año sin la
leyenda, sin el mito, sin el tres veces campeón del mundo, sin el único
capaz de poner nervioso a Kelly Slater. Sin esa rivalidad que tanto nos
ha hecho disfrutar. El sol, el agua, las olas… algo ha cambiado este
año.
Un 24 de julio de 1978 nacía en Hawai uno de los mejores surferos de la historia. Phillip Andrew "Andy" Irons,
jinete del mar, el mito o la leyenda, uno de los pocos que han marcado
un antes y un después en el mundo de los grandes del surf. Pocos han
dejado una huella a lo largo de la historia, Marck Richards, Tom Curren y
Kelly Slater pueden presumir de ello.
Disfrutaba
con lo mínimo que le podía ofrecer la vida, sus amigos, su familia, su
bici, el sushi, el pollo Marsala, etc. Pasear por su isla natal, Kauai
le hacía sentir diferente. Sus padres, familia, su hermano Bruce, eran
su fuente de inspiración. Aquella que le llevó al estrellato. Algo que
no le importaba a Andy era ganar dinero en el mundo de la competición,
lo que verdaderamente le gustaba era esa conexión que tenía con el mar,
surfear las olas, disfrutaba de cada momento que le ofrecía la vida.
Ya nada es igual con la ausencia del gran Andy Irons,
algo falta. Se topó en su vida con dos grandes obstáculos, en lo
personal, el fatídico día de Dallas nos dejó sin uno de los mejores. Y
en lo profesional Kelly Slater, el ahora 11 veces campeón del mundo se
mostró conmocionado tras conocer la trágica noticia, como dejó patente
en una carta.
“Andy fue un individuo
absolutamente genial. Tengo suerte de haberlo conocido y haber vivido
momentos juntos […] Disfrutamos muchos momentos de diversión con
nuestras chicas. En el último año conocí a un feliz e inocente chico que
disfrutaba cada segundo con la gente que él amó […] Él fue mi
contrincante más intenso y una de las personas más sensible que conocí,
tenía mucha vida por delante y duele pensar en eso. Buscaremos en
nuestra memoria los recuerdos que tenemos de él […] Realmente extraño a
Andy, tenía un buen corazón. Con amor, Kelly".
Su
carrera hacia el liderato mundial forjó una amigable competencia. La
guerra que mantenían los patrocinadores de ambos (Kelly Slater,
Quiksilver y Andy Irons, Billabong) era utilizada para especular con la
rivalidad entre ambos, pero nada más allá de la realidad.
Andy
se tomaba la vida de forma diferente, su lema era "todo o nada". Su
competitividad, agresividad y constancia le permitían ser más dominante
dentro del agua, quizás fuese esa la llave o la esencia del surf más
competitivo que nos mostraba Andy.
|
Andy Irons from Billabong on Vimeo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario